La familia Córcega recibe a los Cooper | Mi marido tiene familia Capitulo 92
En Mi marido tiene familia Capitulo 92 – ¡Los papás adoptivos de Juan Pablo llegan a Oaxaca para conocer a la familia biológica, los Córcega preparan una fiesta de bienvenida para demostrarles lo agradecidos que están con ellos!
Juan Pablo llega a casa con David y al fin puede regresarle su hijo a Julieta, le dice que él y la mamá de David llegaron a un acuerdo, por lo que firmará la patria potestad para que sean oficialmente los papás adoptivos de Dave.
Blanca desea quedar bien con los papás adoptivos de Juan Pablo, está muy agradecida con ellos por cuidarlo durante tantos años, no puede dormir ensayando su pronunciación en inglés, Eugenio le pide que vaya a descansar pero Blanca está muy nerviosa y tiene muchas cosas que preparar de la comida que darán en la bienvenida.
Julieta está muy emocionada con la llegada de Dave, mientras le contaba un cuento para dormir, Juan Pablo le asegura que quiere darle a su hijo todo el amor que sus padres adoptivos le dieron a él.
Durante el desayuno, Blanca sigue ensayando lo que tiene que decirle a la familia Cooper y
le pide a su familia que se refieran a sus invitados con mucho respeto.
Julieta y Juan Pablo le dan a la familia la noticia de que Dave ya regresó y se quedará con ellos.
También les pide que no se preocupen mucho por la bienvenida a sus padres adoptivos, ellos son muy
sencillos y no es necesario que hagan muchas cosas, les confirma que él irá a recogerlos al aeropuerto.
Julieta y Juan Pablo llevan a David a la escuela
Diana les dice que ya fue reportado el niño que lo molestaba, le piden que les diga todo y no permita que lo sigan molestando.
El momento que esperaba la familia Córcega llegó, los Cooper están en el edificio para conocerlos,
Blanca está muy nerviosa y no logra recordar lo que tanto ensayó y no logra hablar
bien en inglés para darles la bienvenida a los papás adoptivos de Juan Pablo.
Hugo tiene un nuevo negocio entre manos, le platica a Catalina sus planes de hacer galletas para venderlas afuera
de la escuela donde trabaja Diana, con ayuda de su papá piensa tener su propia tienda de galletas.
Imelda y Blanca creen que Juan Pablo se parece más a sus papás adoptivos, se comporta
con ellos y ahora comprenden porque no quiso cambiarse el apellido.
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